Agua sobre el campo
es sombra de lluvia quien dibuja el mundo y
tu cuerpo
delinea… con un furor sin treguas
toda el agua es desnuda;
toda tu sombra es lago
con salobre de mar y nueces inefables
y tal fluencia, a veces,
cuando aroma de guindas
torna el sol
a tu sangre
ilumina tus huesos con lumbre del rocío…
Colores de este campo
paréceme que el tiempo es un azul bizarro
como una monarquía de perpetua muerte:
y tu iris de relámpago se rebela y combate
y tu sexo es la urna de la daga que zaja
y la mañana azuza
hacia el naranja puro
La Física del campo
en la Tierra –indefensa- signamos documentos
acatando que el calcio nos queme lentamente
y estallen los potasios del fémur de los niños…
parecemos felices por los planes divinos
que interrogan la tiza y el gato y la agonía:
pero hay palabra oculta en su secreta Ira
‘Haikus’ en sombras de este campo
si la luna de un ’haiku’
cayese y zozobrase
entre los viejos pinos
¿se iniciará la guerra de la savia y los signos?
Despierta la lluvia cabe el campo
si una lluvia se asfixia bajo sus tiestos huecos
puede que el dios la llame a su nube de origen
y la encuentre preñada de la luz de los Hombres…
puede que el dios la vea danzarina de muerte;
de suerte que entre besos
-giróvagos y húmedos-
lo corrompa el lenguaje
[seducción de lo líquido]
Extrema desnudez abate al campo
si en el pasado llueve siempre
- siempre está lloviendo en el pasado-
y en el silencio nieva
la muerte silenciosa;
tan sólo es en tu Lengua donde ocurren los hechos
y el sudor de tus pechos amamanta la guerra…
(y el campo es abatido por tu desnuda hoguera)
¿Este campo es el mundo?
¿podría ser el campo símil del paraíso,
podría serlo -el mundo- símil de toda gloria?
si deliran las gentes al unísono,
si alucinan los dioses huidizos,
si se rinde el acero a tus bellos pezones…
¡si pájaros perdidos copulan los violines!
¡si las novias callaran su impudor de sirenas!
¿podría ser tu campo sitio del Paraíso?
© Carlos Mamonde
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