Ya todo se ha vivido y la ebriedad del alba
rezuma su silencio domado de vacío.
Eres fruto terrible de lo maravilloso;
aunque bocas de sombra murmuran al oído:
no ocultes ya tu ojos a la caída y piensa
que si una extraña tuvo el fulgor de tu historia,
amó el agua de pena no el viento de tu risa...
y ausculta tu reflejo como auscultas la sístole
que es la noche en tu noche y apacienta tus días...
Ya todo se ha vivido y la ebriedad del alba
rezuma su silencio domado y casi ciego
en las casas vacías de los nombres perdidos;
que quemaron su escándalo y albricias de frescura
y nubes de sus senos...
y huesos musicales,
su emocionante gloria:
hoy apenas arena entre hiel y rutina.
Eres fruto terrible de lo maravilloso:
consuela los vestigios de lo sido y lo tibio;
de la vana promesa, del eco de los sinos...
que derrotan del sueño su falsía y su fuego...
No hay comentarios:
Publicar un comentario