martes, 7 de diciembre de 2010

“Con tu victoria sobre toda pena”


I
CONSECUENCIA DE TI

Por ti se envaneció la voz y
los presagios fueron abatidos y
cada hueso mortal anidó el goce

y el atajo del tiempo y de la muerte
se quebró como tiza ante tu alma
flor de los dones
profunda nadadora de lo claro

¿has visto a sotavento los indicios
llameantes de lo cierto?

ese es el fruto espontáneo de tu risa
el muelle último donde el azar no iza
su pálida bandera



II
RUMORES


Alguien me ha dicho que te vio
tan viva y eufórica como el agua clara

que te vio por calles de altivo corazón
con tu victoria sobre toda pena, niña
de goce y de azar vencido

te oyeron repetir la certidumbre
la palabra que busco desde el alba
te oyeron, milagrosa, manifiesto
perfecto de la fábula

alguien me ha dicho que ha soñado un ángel
cantar en mi ventana maitines
que soplan a la muerte en el oído
el viento que la puede y anonada





III
QUÉ JUBILO DERROTA


Qué júbilo de gestos transgresores
encienden a tu humor sobre las sábanas
de espuma y de una luz de lino

allí donde derrotas, verdadera,
el mórbido relámpago, lo absurdo,
y tus manos arropan lo más frágil
de mi ser, perforado a mansalva
por la Historia que zumba

zumba la voz de un loco
un viento helado que zumba



IV
COMO UNA JABALINA AGONIZANTE


El frío en el crepúsculo despierta
tentaciones de lánguido abandono
de un destino sonámbulo e inútil
en el hueco fugaz de estarse vivo:

golpes tan crueles del corazón ingenuo
baten la sombra que la esperanza asfixia
con un rumor de llamas,
un grito de pavesas,
un naufragio unísono del alma

allá donde el sextante se aproxima al silencio
y el día se consume, abandonado

allí donde has orado ¿vanamente?
fiel al abismo
del aire criatura
como una jabalina agonizante



V
LETRA BENDITA

Una memoria tozuda como el cielo
una voz que no calla
-hablo de la escritura-
un eco embriagador de permanencia
un espejo ilusorio
-de la letra infinita estoy hablando-
de ese signo que miente
certeza de tu presencia, lumbre,
magia pagana que a la sangre droga
con luz de simulacros, con vestigios de vida

una voz que tu nombre repite
y dice que tus muslos acontecen
que tus ojos de lluvia desatada
son estrella fugaz y certidumbre
de que la muerte nuestra casa olvida

un voz del tiempo del origen
donde hubimos un sitio que ignoraba la Historia:
donde una torre había sin carcoma

y un alimón de voces victoriosas
y un combate de luces y de espuma



VI
DESPEDIDA


Tu boca dice adiós con voz salvaje
tu pecho dice ciego a las palabras:
la ceniza vacía es todo lo que resta

la carne se diluye en la pena sombría
y los pájaros últimos de desnudez,
de ira, saquean a este lecho los reflejos postreros
de la música ardiente que cantaba tu gracia

tu lengua dice adiós con vesania
con vacía ceniza con silencio de tajo



VII
CAIDA DE LA LUZ


La luna despeñada ¡qué triste luna desplomada!
en soledad infame de caída
de toda la luz en la ceguera

un relámpago exangüe
y moribundo de pura noche sobre sus ojos yertos
y el alma no responde al tacto amado

el alma no responde a la palabra.

© Carlos Mamonde

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