viernes, 30 de octubre de 2009

Viajes...

1. Ya hablemos de Ulises y los Argonautas o del breve (¡cuánta dimensión, cuánta fisura en el escaso espacio de esa charca!) cruce de la Estigia…el enigma del viaje –que nos lleva- estalla y es epifanía en el corazón del Tiempo… ¿este salto ¿adelante? es la esencia de la ‘temporaneidad’?
2. Dentro de un mapa inexorable o un neblinoso albur; el viaje es siempre el fatum, la simetría del deseo entre las asimetrías de las arquitecturas y los sueños…es el azar que no olfatean las Parcas…es el esqueleto y estatuto del ojo del hombre, el borrador del Sentido…
3. Recuerdo que viví el último largo viaje al Sur del sur de América bajo un cielo de cobalto despiadado…un cielo de Los Llanos…un cielo que fragilizaba lo real y lo opinable. Viajé por el inconmensurable desierto de Sarmiento, desnudo [como indígena] de remordimientos y desesperanzas…aquel texto sobre el tigre de los llanos “hiere las entretelas del corazón”
4. Toda alegría del viajero es engañoso beso de un oasis inalcanzable…
5. ¿Cuál es el método para construir el alma del viajero? …sólo se salva quien está ciego a la fascinación de los métodos.
6. Cuando un viajero queda atrapado en la disyuntiva de sendas que se dispersan…sólo un poema o la palabra de una desconocida pueden desatascar su corazón.
7. Cuando un viajero queda atrapado en la telaraña de los rumbos opuestos, incoherentes e ignotos, hay un derrumbe del pensar, donde se ahoga el valor que lo sostenía…el recuerdo acuciante del sino del que huía…
8. De Praga, recuerdo más a Tycho Brahe –esclavo de las estrellas- que al tristísimo Kafka…Y la obsesión de Tycho, en el temblor de las noches de la antigüedad: Preguntarse si un alma que se refugia en el arte no lo hace para evitar el riesgo de la ebriedad del cosmos. Recuerdo –fragmentariamente- ese texto de su lápida bajo la cúpula insondable de Santa María de Tyn. ¿O acaso no había nada escrito, sólo flotaba su sueño de quién más lejano viaje tuvo?
9. Todo viajero, como todo escritor que cruza el miedo del bosque de las sílabas, nunca debería dormir sin montar guardia…nunca debiera ilusionarse con la luz de una tregua…
(Carlos Mamonde)

2 comentarios:

  1. Carlos: gracias por recordarme siempre que aùn puedo encontrar placer en la lectura. Que el cocinero nunca tome conciencia.
    Un abrazo desde un sábado lluvioso en Buenos Aires.
    Jorge Aloy

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  2. Carlos: Vigilante, creativo, como siempre... Me gustaron los pensamientos, las palabras del número 9, eso de no dormir, vigilar, casi como estar ahí cuando las palabras llegan, en lugar de sentarse a esperarlas.
    Ojalá uno pudiera vivir esa clase de vida. O elegir vivirla. O tener constancia. Qué se yo.
    Hablo desde mi impotencia.
    Isabel

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